dijous, 23 d’octubre del 2008

Un mundo nuevo, u otra manera de verlo (3a parte)


Tenemos derecho a existir, como cualquier otro ser vivo. Tenemos nuestro derecho de crear nuestras infraestructuras, vías de comunicación, ciudades..., para establecernos en un sitio, vivir y prosperar, como cualquier ser vivo. Pero como cualquier ser vivo, no debemos interferir en los ecosistemas que no pertenecemos. Ahí ya hay un problema. ¿A que ecosistema pertenecemos? Pues... a ninguno y a todos a la vez. Somos así, nos hemos adaptado físicamente a vivir en la tundra, en la selva, en el altiplano, en la sabana, el desierto.... pero allí donde no podemos vivir, nieves o hielos perpetuos, aire, medios acuáticos, hemos desarrollado tecnologías que nos permite vivir. El ser humano, no vuela, es más bien lento, pero es el ser vivo más veloz de la Tierra, el que vuela más alto y el que más profundo a llegado en los océanos, todo por la tecnología.

Cuando una familia se instala en un paraje determinado, y se construye la casa (mediante, piedra, barro, madera...), desbroza un terreno para tener algo de agricultura y encierra a unos animales para tener ganado, su impacto medioambiental es bajo, por no decir imperceptible.
Cuando en vez de na familia, ponemos una ciudad de 1 millón de habitantes, cambia la cosa y mucho! Tendremos más de 250.000 viviendas (adosadas, individuales, edificios...), hechas de materiales no tan ecológicos (hormigón, hierro, plásticos...), con unas infraestructuras como hospitales, escuelas, edificios administrativos, carreteras, aeropuertos, puertos... Aquí, el impacto es tan grande, que aunque haya un sistema de recogida de los residuos, aguas fecales, de lluvia, basura... el impacto es inmenso. Una ciudad modifica el clima localmente por el hecho de estar ahí
La gran masa de hormigón y acero que predomina en el global de la ciudad, eleva la temperatura del ambiente e incluso del alrededor de la ciudad. Los edificios, cuan más altos, modifican el recorrido de las corrientes de aire. Estas cuantos mas giros deban de hacer para cruzar la ciudad, mas energía pierden, o sea más lentos se vuelven. Los residuos de la ciudad van a parar a una serie de vertederos controlados, que no es otra manera de decir contaminación controlada.
¿Es inevitable el crecimiento de las ciudades?¿Hay que abandonar el medio rural y pasar a medio urbano?

Creo que es posible y factible un crecimiento biológico de las ciudades a un crecimiento por agregación. Me explico, defino como crecimiento biológico, en que el crecimiento es basado por el aumento de la población por los nacimientos; y crecimiento por agregación, aquel al que sumamos gente de fuera que se integra.

Por ejemplo, ciudades tipo Barcelona no pueden crecer más, todo el término municipal está edificado y el perímetro del término de Barcelona, o es mar, o linda con perímetros de otras ciudades que también han ocupado sus respectivos términos municipales. Otras, ciudades, por ejemplo Santiago de Chile, pueden ir ocupando territorio anexionándose terreno nuevo, ya que no tienen ciudades cerca que les límite el crecimiento.

Las ciudades son como agujeros negros, atraen. Un agujero negro atrae todo lo que hay a su alrededor y cuanto más grande más fuerza de atracción. Las ciudades funcionan de forma parecida. Cuan más grande es la ciudad más atrae, más empresas se instalan o por la importancia de la ciudad, o por las oportunidades de negocio..., y claro cuanto más grande es la ciudad, más gente se instala porque hay oferta de trabajo, y cuanta mas gente más instalaciones para ella, que necesitan más mano de obra, mas trabajadores y así un largo etcétera.

Si eliminamos a la humanidad del mundo nos queda un planeta lleno de ecosistemas por doquier. Un concepto de humanidad rural se parecería mucho a ese mundo sin humanidad. Pero necesitamos a la industria. Las ciudades y los pueblos aparecen siempre por un motivo: un castillo, una fortificación, un cruce de carreteras, un puerto, un puerto de montaña, minería....

¿Entonces? Bueno, para evitar el crecimiento desmesurado de las ciudades, se limita el crecimiento empezando con una limitación a la edificación nueva, la limitación a la creación de nuevas empresas... Esto suena a atentado pero no es así, es gestionarnos como raza humana, y como herramienta que somos nosotros mismo para la humanidad y la Tierra. Hay ciudades que tiene problemas para mantener la población; a veces son ciudades basadas en recursos mineros o marinos, y se agota. Pues es de lo más normal que en una mica el filón de mineral se agota. Q¿ue le queda a esa ciudad? O encuentran otra forma de subsistencia o simplemente muere.
No sería la primera vez que una ciudad muere, digamos de causas naturales, las hay por terremoto que han quedado destruidas y o han desaparecido o se han establecido en otro sitio, las hay que por falta de agua han dejado de existir. Una ciudad con problemas para mantener la población, tiene que saber el porqué, si el problema es que la gente se va a otra ciudad porque no hay oferta de trabajo en la ciudad de origen o las condiciones no son buenas, hay que poner remedio a eso.

Crear oferta de trabajo variada, para toda la gente desde la más cualificada hasta la mano de obra general. Si se consigue que ciudades con crecimiento descontrolado se pueda frenar y ciudades con pérdida de población se consigue controlar, los gastos también serán menos en el globlal de esas ciudades. Una, la que pierde población, tendrá excedentes de pisos vacios, de infraestructuras (hospitales, residencias 3a edad, colegios, centrales eléctricas, servicios sociales...) que quedan por debajo del potencial de pleno uso, con la consecuente pérdida de ingresos; la que crece, necesita constantemente creación de colegios, hospitales, resiencias, centrales eléctricas...)

Si miramos la historia está plagada de ciudades o incluso culturas que han desaparecido por causas naturales. Ciudades como Petra o Palmira desaparecieron por terremotos. En la isla Montserrat se ha vuelto inhabitable por el volcán del mismo nombre o el pueblo Chuquicamata, creado para mantener los trabajadores de la mina, con el mismo nombre, y luego demolido el pueblo por necesidades de crecimiento de la misma mina o la ciudad romana de Ostia.

Si a una ciudad se le acaban los recursos no hay que convertir en un desastre que tenga que desaparecer y integrarse en otros territorios, si hay países que nacen y otros mueren, si hay empresas que se crean y otras mueren, ¿porque no, plantearnos que las ciudades pueden morir?

¿O tenemos que crear costosas infraestructuras, que pueden hipotecar el crecimiento de la región o del país para que esa ciudad se mantenga?


Continuará

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Uy Santiago de Chile.. un ejemplo de lo que mencionas.
La experiencia de evaluar el impacto ambiental, económico y sociológico que generan estas grandes ciudades sería interesante para evaluar cuales son las verdaderas implicancias de lo que ocurre en estos casos.

Personalmente creo que hay múltiples opciones, la llamada "construcción verde" que se ha dado en lugares como Canadá con buenísimos resultados es una de las opciones. En definitiva todo tiene que ver con el innovador y tomar conciencia de lo que generan las construcciones sustentables no sólo por el costo si no que también por lo que provoca en el ecosistema de la ciudad.

Besos guapo, me demoré pero ya me pongo al día. Un abrazo.

Anònim ha dit...

Y este blog tan lindo? y sin nuevos artículos?...mmm y tiene una imagen tan linda de encabezado! ...jaja

Estaba cambiando los links de mi blog y vi el tuyo, me acorde que existía este sitio y aquí estoy.

Saludos amigo que esté muy bien.